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domingo, 21 de febrero de 2016

LA NAKASENDO











Cuando planeamos nuestro viaje a Japón, lo quisimos dividir en 3 partes: grandes ciudades, lugares con tradición y por supuesto, naturaleza. Claro que, ir acompañada por un amante de la naturaleza tiene sus ventajas. Así fue como llegamos a la tercera parte de nuestro recorrido: los Alpes Japoneses.

Para comenzar la Nakasendo tuvimos que llegar a Magome, un pueblo parecido a los escenarios de la película 'Tigre y Dragón', con bellas casitas rodeadas de montañas que la hacían parecer una típica y pintoresca postal japonesa.  

De este modo comenzamos nuestra pequeña aventura por una de las rutas más antiguas de Japón, la Nakasendo, ruta comercial que comunicaba Kioto con Tokio durante la época del shogunato Tokuguawa.

Nuestro recorrido comenzaba de forma tranquila, dónde los sonidos del bosque llenaban nuestros sentidos. Se podía respirar en el ambiente esa calma y tranquilidad que te da estar en medio de la naturaleza, rodeados de árboles gigantes que dejaban entran destellos de luz, iluminando diferentes detalles como si quisieran llamar nuestra atención. De pronto una señal de la cual colgaba una gran campana llamó nuestra atención. Advertía: tocar para ahuyentar a los osos!

Pensamos que era broma y seguimos nuestro camino. Al encontrar la segunda campana, nos miramos sin decir nada, hasta que en la tercera, pensamos: ¿Será verdad?

Toda la tranquilidad que habíamos logrado hasta ese momento desapareció y, aunque tratamos de tranquilizarnos, no podíamos dejar de pensar en un oso gigante levantándose a dos patas. ¿Y si nos sale uno, ¿¡que hacemos?! la respuesta era simple y sencilla… correr y cruzar los dedos!!!