Pasear por el parque de Sukhothai a lomos de una bicicleta es una de esas experiencias que marcan. Un sinfín de Budas te miran y te sonrien, mientras tu haces lo mismo con la naturaleza que te rodea.
Al ir motorizados, nos permitimos el lujo de salirnos del recinto e investigar los alrededores, viendo que el 'animismo' es una práctica habitual en esta región. Alla dónde mirabas, aparecía el altar de rigor, con detalles asombrosos de figuritas de animales y de colores muy vivos.
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